Es temporada de tomate, ya os presenté algunas maneras de preparar un gazpacho. Lo que hoy os presento es una maravillosa ensalada de tomate valenciano, pan y ajo, aunque también la puedes preparar con cualquier tipo de tomate.
Esta ensalada es muy sencilla de preparar pero por eso mismo quería enseñaros un truquete que hará que esta ensalada quede mucho mejor que preparándola de manera tradicional: cortar, aliñar y comer. Cocinar con amor es mucho más.
En primer lugar pon en una taza 70 ml de aceite de oliva virgen extra, pica un ajo lo más fino que puedas, mézclalo y déjalo macerar.
Mientras, corta el tomate. Para mi ensalada con un tomate de unos 200 gr ha sido más que suficiente. Me gusta cortar gajos bastantes finos y luego partirlos por la mitad de manera que quepa un trozo en boca, no te pases con el tamaño será mucho más cómodo.
Coloca el tomate en un plato y añade bien de sal fina, yo uso sal rosa del Himalaya, cada trozo de tomate debe quedar impregnado de sal, dale la vuelta a cada trozo y repite la operación. Que caiga un poquito de sal por toda la superficie del tomate y déjalo reposar durante veinte minutos.
La sal va a conseguir que el tomate suelte mucho jugo y así lograrás el caldichi perfecto para que se moje el pan. La mezcla de este jugo junto con el aceite y el ajo producirá una salsa dulce, ligeramente estridente y ácida al mismo tiempo, seguro que te hará gozar al máximo. Un buen plato no necesita más que una elaboración cuidada y un producto de calidad.
He comprado un pan de masa madre bien crujiente, lo he cortado a rodajas y cada rodaja en pequeños trozos. Colócalo sobre el tomate y que espere con los demás ingredientes.
Corta la cebolleta en discos y dispónlos sobre el tomate y el pan, y ya lo tienes todo listo.
Antes quítale las raíces a la cebolleta
Pasados los veinte minutos incorpora el aceite con el ajo por todo el plato.
Te propongo comer con tranquilidad aunque seguro que con esta mezcla sencilla, sabrosa y genial no puedes.
Puedes añadir hierbas frescas como perejil, albahaca u hojas de tomillo. Cógete a la silla y teletranspórtate de la huerta al monte y del monte a la huerta.
